miércoles, 26 de noviembre de 2008

DIRECCIONES DE INTERÉS

La Asociación Española contra el Cáncer
http://www.aecc.es/

Sociedad Española de Oncología Médica
http://www.seom.org/

Asociación Española de Urología
http://www.aeu.es/

Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos
http://cancernet.nci.nih.gov/

Centro del Cáncer (Universidad de Pennsylvania)
http://cancer.med.upenn.edu/

Última actualización: Mayo 2008

TRATAMIENTO Y PRONÓSTICO

Existen cuatro tipos de tratamientos para el cáncer de vejiga que son:

Cirugía: consiste en extraer, a partir de una intervención quirúrgica, el cáncer de la vejiga. Se pueden utilizar varios métodos:

- Resección transuretral: se emplea un citoscopio insertado en la vejiga a través de la uretra. En el extremo irá incorporado un sistema que permita cortar el tumor y retirarlo. También puede llevar un sistema con electricidad de alta energía que queme el cáncer. Sólo se puede aplicar a tumores que no son demasiado grandes o profundos y que no están dispersos en varios focos por el interior de la vejiga. Su gran ventaja es que se mantiene la vejiga y se puede seguir orinando de la manera natural.

- Cistectomía segmentada: se extrae la parte de la vejiga donde se encuentra el cáncer. Se utiliza cuando el cáncer se encuentra limitado a una zona de la vejiga, aunque no es un tipo de cirugía muy común.

- Cistectomía radical: se extrae la vejiga y el tejido que la rodea. En mujeres se extirpa el útero, los ovarios, las trompas de Falopio, parte de la vagina y la uretra. En los hombres, la próstata y las glándulas que producen los fluidos que componen el semen y, a veces, se extirpa también la uretra. Los ganglios linfáticos pélvicos también pueden extirparse. Cuando se extirpa la vejiga hay que reconstruir el flujo de la orina de algún modo. La forma más simple y común de hacerlo es derivar los uréteres (los conductos que conducen de los riñones a la vejiga) a un orificio o urostomía practicado en la pared del abdomen. Algunas urostomías manan orina de forma continua, por lo que es necesario llevar una bolsa especial para recogerla. En otros casos, la urostomía es continente, lo que quiere decir que retiene la orina y el paciente ha de aprender a sondar el orificio varias veces al día para extraerla. En otras ocasiones, el urólogo trata de fabricar una vejiga nueva o neovejiga empleando parte del intestino. Así, se evita la urostomía y se sigue orinando por la vía natural. De todos modos, el funcionamiento de la neovejiga jamás es tan perfecto como el de la vejiga original.

Radioterapia: emplea radiaciones X de alta energía para destruir las células cancerosas. Se utiliza un aparato llamado acelerador lineal que envía los rayos sólo a la zona afectada. Se pueden emplear materiales que producen radiación a través de tubos plásticos delgados aplicados al área donde se encuentran las células cancerosas. En algunas ocasiones se usa como sustituto de la cirugía, para curar el cáncer sin extirpar la víscera; en otras, es un complemento a la operación para disminuir la posibilidad de recaer; por último, la radioterapia puede emplearse como tratamiento paliativo que mejore los síntomas de los casos incurables

Quimioterapia: consiste en el empleo de medicamentos para destruir las células cancerosas. Estos fármacos se administran por vía intravenosa en forma de goteros. La quimioterapia puede utilizarse después de la intervención quirúrgica para intentar eliminar los residuos microscópicos que pudieran haber quedado y, así, disminuir la probabilidad de recaídas.

Terapia intravesical: Se emplean dosis pequeñas de quimioterapia o de otros productos biológicos que se introducen en el interior de la vejiga mediante una sonda. Estas instilaciones se repiten varias veces después de las resecciones transuretrales para evitar las recaídas.

PRONÓSTICOS
Más de un 70% de los tumores superficiales suelen dar recidivas locales en los cinco primeros años. Tan sólo hay un 20% de éstos que derivan a un cáncer invasor.

El pronóstico depende del estadio siendo peor en aquellos tumores en los que hay afectación ganglionar o metástasis a distancia. El índice de supervivencia a cinco años, en estos casos, oscila entre el 10-20%.

ETAPAS DEL CÁNCER

Establecer las etapas en las que se encuentra la enfermedad es muy importante pues según sea ésta, así establecerá el médico un tratamiento u otro.

Etapa 0 o carcinoma in situ
El cáncer se encuentra en su estadio inicial. Sólo está presente en el revestimiento interno de la vejiga, es muy superficial.

Etapa I
El tumor se ha diseminado por el tejido interno de la vejiga pero no ha afectado a la pared muscular.

Etapa II
Los músculos de la vejiga están afectados por el cáncer.

Etapa III
El cáncer se ha extendido a la pared muscular de la vejiga, al tejido que la rodea e incluso a los órganos reproductores cercanos. El médico puede palpar una inflamación después de la extracción del tumor.

Etapa IV
Las células cancerosas se han diseminado a la pared del abdomen o a los ganglios linfáticos del área. También se han podido diseminar a otras zonas del cuerpo más lejanas, como los pulmones, el esqueleto o el hígado.

Recurrente
Esta etapa se produce cuando la enfermedad vuelve a aparecer cuando ya ha sido tratada. Puede aparecer en el mismo sitio o en otra parte del cuerpo.

SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO

No existe una sintomatología específica en el cáncer de vejiga aunque la mayor parte de las veces se detecta por la presencia de sangre en la orina.

A veces la sangre no se ve en la orina pero se puede confirmar su presencia con un examen microscópico rutinario de orina.

Otras manifestaciones que pueden aparecer son:

Escozor o dolor durante la micción y la necesidad urgente y frecuente de orinar. Estos síntomas son muy parecidos a los de una simple infección de orina. Incluso pueden surgir juntas estas dos alteraciones, la infección y el cáncer. Se sospechará de cáncer de vejiga cuando no mejoren los síntomas de la infección de orina tras someterse a un tratamiento antibiótico.

También se pueden dar síntomas obstructivos que pueden llegar a la incapacidad de orinar o retención urinaria.

Para el diagnóstico se precisa de las siguientes pruebas:

La citología o examen microscópico de la orina puede detectar la presencia en ella de sangre y células anormales.

La ecografía abdominal permite valorar la presencia de un tumor en la vejiga, localizarlo, comprobar su tamaño y si existe obstrucción en la vejiga.

Una cistoscopia consiste en introducir un endoscopio (tubo con una lámpara eléctrica y un sistema óptico) en el interior de la vejiga, a través de la uretra, para visualizarla. Con esta prueba se visualiza directamente el tumor, su tamaño y situación. Se pueden tomar muestras del tejido de la vejiga distante al tumor, del tumor y de la orina para ver si contiene células cancerosas. Una vez, que se confirma el diagnóstico, tras la biopsia realizada por el patólogo, se puede extirpar el tumor a través del propio endoscopio, si no está demasiado desarrollado.

La tomografía computerizada (TAC o escáner) consiste en una emisión de rayos X desde distintas perspectivas y con la que se puede observar todo el cuerpo. Esta prueba es útil para comprobar la extensión del cáncer a otras zonas.

CAUSAS

Entre los factores de riesgo implicados en la aparición del cáncer de vejiga destacan los siguientes:

- El consumo de tabaco que es el factor de riesgo individual más fuerte y la causa subyacente de al menos la mitad de todos los casos. Los carcinógenos del humo del tabaco se absorben desde los pulmones a la sangre. Los riñones filtran muchas de estas sustancias, incorporándolas a la orina para excretarlas. Los carcinógenos, concentrados en la orina, permanecen largo tiempo en contacto con la membrana mucosa que reviste la vejiga. Entre un cigarrillo y otro, un fumador realiza muchas inhalaciones de aire limpio que lava sus bronquios, por lo que el tabaco afecta al interior del pulmón sólo mientras dura el consumo del cigarrillo. En cambio, entre dos visitas al cuarto de baño para orinar, es posible que ese mismo fumador haya consumido dos o tres pitillos, al menos. Cuando vacía la vejiga de orina repleta de cancerígenos, no se llena con orina limpia, sino igualmente contaminada. Se calcula que la vejiga de un fumador de medio paquete de cigarrillos está en contacto con orina contaminada por carcinógenos el cien por cien del tiempo.

- La exposición a determinadas sustancias industriales como disolventes y colorantes.

- Algunos trabajos que requieren la exposición o el contacto con determinadas sustancias o materiales como son los tintes y aceites industriales, la industria textil, cuero, caucho, pintores, industrias químicas y trabajadores del aluminio. Todos estos productos entran en el organismo por inhalación, al igual que el tabaco. El cumplimiento de las normas de seguridad en el trabajo en cuanto a ventilación, filtros y mascarillas elimina la mayor parte del riesgo.

- La esquistosomiasis, una infección (rarísima en Europa) producida por parásitos, produce una irritación crónica en la vejiga que puede originar un cáncer.

- Las infecciones urinarias repetidas producen una irritación de la pared de la vejiga que parece que puede ocasionar predisponer al cáncer, aunque esto no está completamente comprobado.

CANCER DE VEJIGA

¿QUÉ ES?

El cáncer de vejiga se produce cuando se desarrollan células malignas en el revestimiento de este órgano.


La orina pasa de los riñones a la vejiga a través de los uréteres que tienen forma de tubo.

La vejiga es una estructura circular musculosa que se abre para dejar paso a la orina. Va adaptando su tamaño a medida que se incrementa el volumen de orina y cuando se llena, envía señales nerviosas al cerebro que transmite la necesidad de orinar.

El cáncer de vejiga es más frecuente en el hombre que en la mujer, como tres veces más. Lo que refleja su estrecha relación con el tabaquismo.

En los últimos años, se ha visto un aumento del número de casos en las mujeres españolas, un fenómeno que se debe principalmente al incremento de las mujeres fumadoras y la incorporación de ésta al mundo laboral e industrial.

Es el segundo en frecuencia entre los cánceres urogenitales, siendo el primero el cáncer de próstata en varones. En la mujer ocupa el primer lugar.

El cáncer de vejiga representa el 2% de todos los cánceres. Es más frecuente en los países industrializados.

martes, 25 de noviembre de 2008

DIRECCIONES DE INTERÉS

Grupo Español de Cáncer de pulmón (GECP)
http://www.gecp.org/

Asociación Española contra el Cáncer
http://www.todocancer.org/

Sociedad Española de Oncología Médica
http://www.seom.org/

Instituto Nacional del Cáncer (Estados Unidos)
http://cancernet.nci.nih.gov/

Asociación Americana del Pulmón
http://www.lungusa.org/

TRATAMIENTO

El tratamiento para estos pacientes consistirá en una combinación de varias técnicas que son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Cada una de ellas será más eficaz que el resto según sea el tipo de cáncer y la etapa en la que se encuentre. De hecho, el tratamiento depende de cuatro circunstancias: del tipo y el grado de diseminación del tumor, del estado de salud del paciente y del estado funcional de los diversos sistemas del organismo (corazón, hígado, riñón, neurológico etc.).

La cirugía es la modalidad de tratamiento con más probabilidades de resultar curativa, por lo tanto, se recurre a ella siempre que la totalidad del cáncer se pueda extirpar y el estado respiratorio del paciente tolere la eliminación de la porción de pulmón que es necesario extirpar.

Los cánceres microcíticos de pulmón rarísima vez se operan, puesto que casi siempre se diagnostican en fase extensa, cuando sólo la limitada es operable. Aproximadamente, la mitad de cánceres no microcíticos de pulmón se pueden extirpar dada su extensión. Para ello es esencial que no existan metástasis y que los ganglios de la zona central del pecho (mediastino) estén libres de tumor, así como que el tumor no haya invadido estructuras inextirpables como la traquea, la arteria aorta o las pleuras.

Se puede extirpar sólo una pequeña porción de pulmón, si está muy localizado el tumor, que se denominará resección en cuña o segmentectomía.

Si se extirpa un lóbulo del pulmón, se llamará lobectomía

Si se quita todo el pulmón, se habla de neumonectomía

El paciente tras la operación estará ingresado durante una o dos semanas. Algunos necesitarán fisioterapia respiratoria para recuperar pronto su capacidad pulmonar habitual.

Tras este período regresará a su casa con algunas limitaciones impuestas. Entre las posibles complicaciones de la intervención están las hemorragias, la infección de las heridas y las neumonías.

La radioterapia emplea radiaciones X de alta energía para destruir las células cancerosas. Se utiliza un aparato llamado acelerador lineal que envía los rayos sólo a la zona afectada.

Este tratamiento se utiliza, a veces, como primario o principal en aquellos pacientes que no pueden someterse a una cirugía. En este caso, no se pretende curar sino retardar la evolución de la enfermedad, aunque algunos casos excepcionales se llegan a curar sin operación, sólo con la radioterapia.

La radioterapia en el pulmón se suele emplear para aliviar una obstrucción de las vías respiratorias principales debido al cáncer.

Cuando se emplea la radioterapia como tratamiento secundario, tras la cirugía, se utiliza sobre todo para destruir aquellas células que no se hayan podido extirpar.

Otra utilidad para la que se emplea la radioterapia es para aliviar los síntomas que provoca el cáncer, como son el dolor, la dificultad para tragar, etc.

La quimioterapia es la primera opción de tratamiento en la mayoría de casos de cáncer de células pequeñas. Es capaz de controlar fácilmente los síntomas, que suelen ser muy acusados en esta clase de cáncer. Sin embargo, las curaciones son excepcionales y la mayoría de los casos recaen pasados uno o dos años.

No todos los enfermos podrán ser intervenidos quirúrgicamente pues dependerá de si tienen suficiente capacidad respiratoria como para soportar una escisión de parte o de la totalidad del pulmón y de cómo sea su estado general.

En el cáncer de pulmón, suele emplearse una combinación de medicamentos quimioterápicos. Algunos de estos fármacos pueden administrarse por boca o por vena. Cuando llegan al torrente sanguíneo, estos medicamentos se expanden por todo el organismo y actúan contra las células cancerosas, destruyéndolas. Por este motivo, es muy útil en aquellos cánceres que se han extendido a otras áreas.

La quimioterapia puede administrarse como tratamiento principal o como terapia de ayuda a la cirugía. En muchas ocasiones, la quimio se administra antes de la cirugía, con la intención de reducir el volumen del tumor y allanar el camino al cirujano. Incluso a veces, algunos cánceres de pulmón inoperables se convierten en operables tras algunos meses de quimioterapia. También es posible recibir quimioterapia después de la cirugía, incluso cuando todo el tumor se ha extirpado con éxito. La razón es que con esta estrategia se evita un porcentaje de recaídas y acaban curándose más pacientes a largo plazo. Se conoce a esta clase de tratamiento oncológico como quimioterapia adyuvante.

La elección del tratamiento de primera o segunda línea depende del tipo de cáncer, y varía entre el cáncer de células no pequeñas,o bien de células pequeñas.

Los efectos secundarios más frecuentes que se presentan como consecuencia del empleo de quimioterápicos son: náusea y vómito, pérdida del apetito, pérdida del cabello y llagas en la boca. Junto a los medicamentos quimioterápicos, se emplean otros que disminuyen o hacen desaparecer los efectos secundarios de los primeros.

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TRATAMIENTO PARA CADA TIPO DE CÁNCER Y ETAPA

Cáncer de pulmón de células pequeñas

Etapa 0
En esta etapa no se requiere quimioterapia ni radioterapia. La cirugía puede eliminar por completo el cáncer. El tipo de cirugía es una segmentectomía, es decir, la extirpación de una cuña de pulmón.

Etapa I
Generalmente se emplea la segmentectomía, para los tumores más pequeños o para pacientes con peor condición física, o la lobectomía para eliminar el tumor.

La eficacia de la quimioterapia como tratamiento adyuvante, se está comprobando en estudios clínicos. Aunque es útil para aquellas micrometástasis que no se han detectado y que no han sido eliminadas con la cirugía.

Si el tumor está en el borde del tejido pulmonar, probablemente no se hayan extirpado todas las células cancerosas, por lo que se recomienda la radioterapia.

La radioterapia se puede emplear como tratamiento principal si el paciente, por su estado general, no puede someterse a cirugía. El índice de supervivencia a cinco años en esta etapa es de un 65%.

Etapa II
Se emplea la cirugía: segmentectomía o lobectomía.

La radioterapia puede utilizarse después de la cirugía para asegurar que no quede ninguna célula cancerosa. También puede emplearse como tratamiento principal, en aquellos pacientes que no puedan ser intervenidos quirúrgicamente por problemas de salud. La quimioterapia puede emplearse después de la cirugía o de la radioterapia.

El índice de supervivencia para los pacientes que se encuentra en esta etapa del cáncer es de un 40%.

Etapa IIIA
El tratamiento en esta etapa dependerá del lugar donde se encuentre localizado el tumor en el pulmón y de si están afectados los ganglios linfáticos.

Se suele emplear quimioterapia antes de la cirugía para disminuir el tamaño del tumor, para que sea más fácil su extirpación completa.

Cuando no pueda utilizarse la cirugía para extirpar el tumor, se administrará radioterapia. A veces se empleará la braquiterapia que consiste en pasar un láser a través de un broncoscopio para destruir parte del cáncer dentro de la tráquea.

Los índices de supervivencia oscilan entre un 10% a un 20% aunque determinados pacientes, como los que no tienen extendido el cáncer a los ganglios linfáticos, tienen mejor pronóstico.

Etapa IIIB
Debido a que en esta etapa el cáncer se encuentra muy extendido, la cirugía no es eficaz. Puede utilizarse la quimioterapia junto con la radioterapia. O cada una por separado.

El índice de supervivencia está entre el 10% y 20% en aquellos pacientes que gozan de un estado de salud bueno y que pueden someterse a una combinación de ambos tratamientos. Los que no puedan, su índice está en el 5%.

Etapa IV
La finalidad del tratamiento en esta etapa es paliar los síntomas de la enfermedad. No se pretende una curación pues el cáncer se ha extendido a zonas distantes.

Se utilizará quimioterapia o radioterapia para disminuir síntomas como dolor de huesos, síntomas debidos a afectación del sistema nervioso, etc.Cáncer de pulmón de células pequeñas

Etapa limitada
Por lo general, se emplea la quimioterapia como tratamiento principal, con el uso de varios fármacos combinados.

Junto a la quimioterapia se emplea la radioterapia al tórax. A los pacientes que responden bien al tratamiento inicial se les administra, de forma preventiva, radioterapia en la cabeza. Esto es así porque el cerebro es uno de los lugares donde frecuentemente aparecen metástasis.

En la mayoría de pacientes, estos tumores remiten con el tratamiento, pero al poco tiempo vuelven a aparecer volviéndose resistente al tratamiento. El índice de supervivencia de dos años en la etapa limitada, es de un 40% a un 50%, pero se reduce de un 10% a un 20% para cinco años.

Se están realizando muchos estudios para comprobar la eficacia de otros tratamientos tales como la inmunoterapia o la terapia genética.

Etapa extensa
El pronóstico en esta etapa es muy malo si no se trata el cáncer. La quimioterapia puede utilizarse para tratar los síntomas y alagar la supervivencia a corto plazo.

El tratamiento con dos o más medicamentos puede reducir los tumores en alrededor del 70% al 80% de estos pacientes. También se utiliza la radioterapia para controlar los síntomas y para prevenir la aparición de metástasis en el cerebro.

La cirugía con láser se emplea para aliviar la obstrucción de las vías respiratorias en aquellos pacientes que, por su estado general, no pueden someterse a una cirugía quirúrgica. El pronóstico de supervivencia a los cinco años después de haberse descubierto el cáncer, es menor de un 4%.

Los pacientes que tengan su estado de salud muy deteriorado y que no puedan someterse a quimioterapia, su tratamiento se reducirá a fármacos para aliviar el dolor.

Seguimiento

Cuando el cáncer de pulmón se ha controlado mediante el tratamiento, se inicia un proceso de revisiones periódicas que tiene como finalidad principal poder detectar a tiempo una posible recaída. Además, con esta vigilancia también se valoran las posibles secuelas del tratamiento, y se aporta al enfermo el apoyo psicológico necesario.

En cada revisión se interroga al paciente acerca de sus síntomas, se realiza una exploración física detallada y se solicitan análisis y exploraciones con radiografías, ecografías etc. en función de las posibilidades diagnósticas de recaída o progresión del cáncer. A medida que pasa el tiempo las recaídas son menos probables y las revisiones se espaciarán, aunque siempre es conveniente hacer una al año para controlar la aparición de otros nuevos cánceres, bien en el pulmón o bien en otros órganos del cuerpo.

*** Ensayos clínicos de cáncer de pulmón en España (GECP) ***

PRUEBAS DIAGNÓSTICAS

Sólo un 15% de este tipo de cáncer se diagnostica en estadios iniciales, esto es debido a que los síntomas no aparecen hasta que la enfermedad está avanzada. Si no hay afectación ganglionar en el momento de la cirugía, el índice de supervivencia a cinco años es de un 50%. Si se consideran globalmente todos los casos, el índice de supervivencia se reduce a un 14%.

Existen diferentes pruebas diagnósticas que visualizan los tumores pulmonares en distintos estadios.

El médico utilizará uno o varios métodos para detectar el cáncer si existe sospecha previa. El historial médico del enfermo es lo primero que se realizará para valorar los antecedentes personales y familiares. El médico preguntará por la existencia de cánceres y otras enfermedades en la familia, por el consumo de tabaco, la exposición ambiental o profesional a sustancias productoras de cáncer de pulmón y por las posibles enfermedades respiratorias o de otro tipo que padezca el enfermo.

La exploración física se hará teniendo en cuenta los síntomas que refiere el enfermo y, con ella, se podrán obtener datos que pueden ayudar al diagnóstico de cualquier enfermedad.

El análisis de sangre mostrará si hay alguna alteración celular a nivel de otros órganos como por ejemplo el hígado.

Los estudios radiológicos se pueden realizar mediante varias técnicas, si no se visualiza bien con una prueba, o si hay alguna duda en el diagnóstico. Estas pruebas dan información sobre la etapa en la que se encuentra el cáncer. También son útiles para comprobar si el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo.

Las pruebas que se utilizan son:

- Radiografía de tórax con la que se puede ver alguna masa o mancha en los pulmones y establecer razonablemente la probabilidad de que sea un cáncer. Esta prueba se realiza en dos proyecciones, una de frente y otra de perfil. En más del 95% de los casos de cáncer sus resultados son anormales.

- TAC: Consiste en una emisión de rayos X desde distintas perspectivas y con la que se observa todo el cuerpo. Es una prueba sencilla que suele durar algo más de 15-30 minutos. Esta es más sensible que la radiografía y con ella se detecta mejor el cáncer en etapas iniciales. También sirve para comprobar si existen metástasis en otros órganos: hígado, glándulas suprarrenales, cerebro etc. Es la prueba de imagen más utilizada y rentable en el estudio de esta enfermedad. Sin embargo, algunas veces se requiere completar el estudio del TAC con otras pruebas más sensibles para determinadas localizaciones del cáncer de pulmón: resonancia nuclear magnética (RNM) cerebral o de columna vertebral, ecografía hepática, gammagrafía ósea etc.

- La resonancia magnética se utiliza para tomar imágenes transversales detalladas. Esta técnica emplea los campos magnéticos y los espectros emitidos por el fósforo en los tejidos corporales y los convierte en imagen. Con ella se puede observar la vascularización del tumor. Son imágenes más precisas con las que se puede observar la propagación del cáncer al cerebro o a la médula espinal. No suele ser demasiado útil para explorar los pulmones.

- La tomografía por emisión de positrones (PET, sus siglas en inglés): consiste en inyectar un radio fármaco combinado con glucosa y éste será captado por las células cancerosas, de existir un cáncer, que consumen más glucosa. El radio fármaco hará que se localicen las zonas donde se encuentre el tumor. En el caso concreto del cáncer de pulmón, se emplea algunas veces para despejar alguna duda sembrada por la TAC, pero no es necesaria la mayoría de las veces.

- Citología del esputo: se analizará el primer esputo o flemas de la mañana con el microscopio para observar si contiene células malignas. Es una prueba sencilla y muy rentable en los cánceres de pulmón localizados en los bronquios.

- La biopsia del tejido se precisará para confirmar el diagnóstico. Esta prueba consiste en tomar una muestra del tejido sospechoso y analizarlo al microscopio. La biopsia puede realizarse mediante la introducción de un tubo, un broncoscopio, por la nariz hasta donde se encuentre la masa en el pulmón. Si por las características del enfermo no se puede realizar este tipo de biopsia, se realizará una pequeña intervención quirúrgica para extraer el tejido. Después de analizarlo, se podrá determinar el tipo de tumor y el estadio y así establecer el tratamiento adecuado. Se pueden realizar biopsias para analizar el tejido de otras zonas, como por ejemplo los ganglios linfáticos, si hay sospecha de metástasis.

- Mediastinoscopia y mediastinostomía: La mayor parte de las veces, la TAC se basta para proporcionar la información esencial sobre si los ganglios del mediastino, en el centro del pecho, están o no afectados. Si existen dudas, se recurre a la mediastinoscopia. Esta exploración se realiza bajo anestesia general, introduciendo por detrás del esternón, a través de una pequeña incisión realizada en la base del cuello, un tubo dotado de sistema óptico y pinzas de biopsia.

- Análisis de sangre: permite apreciar si algunos valores funcionales u orgánicos están alterados a causa de la enfermedad y ayudan además a determinar las condiciones orgánicas de la persona de cara al tratamiento.

DETECCIÓN Y SÍNTOMAS

Los síntomas del cáncer de pulmón no suelen aparecer en los primeros estadios sino que surgen cuando ya se ha extendido demasiado como para aumentar las probabilidades de curación. De hecho, desde que se produce la primera célula maligna hasta que una persona consulta por primera vez al médico ante los síntomas de la enfermedad pueden pasar muchos años.

Entre los síntomas más frecuentes están:

- Tos insistente.

- Dolor en el pecho que aumenta al respirar.

- Pérdida de peso y apetito.

- Falta de aliento.

- Respiración jadeante o con silbido.

- Esputos con sangre o coloración rojiza (flemas).

ESTADÍSTICAS

El cáncer de pulmón representa el 13,4% de los nuevos casos de cáncer y es el motivo más frecuente de mortalidad por cáncer, es el tipo más frecuente en el mundo desarrollado. En España el cáncer de pulmón es la causa de la muerte del 8,3% de los españoles (1 de cada 12 hombres fallece por un cáncer de pulmón en España) y del 1,3% de las mujeres. Mueren más personas a causa del cáncer de pulmón que de cáncer de mama, de colon y de próstata juntos. Concretamente en nuestro país se diagnostican 19.000 nuevos casos de cáncer de pulmón al año.

El número de hombres que mueren a causa de este cáncer está disminuyendo en Norteamérica debido a que hay un mayor número que dejan de fumar.En la mujer norteamericana ha crecido la mortalidad desde 1950, por este tipo de cáncer, un 550%. Esta proporción es menor en España porque la mujer empezó más tardíamente a fumar de forma general.

En el Reino Unido como en EE.UU., el cáncer de pulmón causa mayor número de muertes que el cáncer de mama desde el año 1987. En Norteamérica muere cada año 150.000 mujeres por enfermedades relacionadas con el tabaco, de éstas 41.000, mueren por cáncer de pulmón y 10.000, por otros cánceres. En este año habrá alrededor de 169.000 nuevos casos de muertes por cáncer de pulmón.

La tasa de supervivencia a un año (tiempo durante el cual no hay enfermedad), en 1995, es de un 41%. Este porcentaje disminuye a un 14%, si se habla de supervivencia a cinco años. Esta tasa aumenta a un 42% si el cáncer se detecta a tiempo.

El 90% de las personas que padecen esta enfermedad son fumadoras, y aunque sólo el 5-10% de los fumadores padece cáncer, sus probabilidades de desarrollar la enfermedad son quince veces mayores que en los no fumadores.

ETAPAS DEL CÁNCER

Los cánceres de pulmón no microcíticos se clasifican en varias etapas o fases siguiendo un sistema bastante complejo conocido por las siglas TNM. La estadificación del tumor es muy importante porque permite, en primer lugar, distinguir a los pacientes curables de los que no lo son y, en segundo, calcular la probabilidad de curarse.

La T hace referencia al tamaño del tumor. Se clasifica entre T1 y T4, según el tumor sea más voluminoso o afecte estructuras cercanas importantes como los bronquios principales, las arterias o el propio corazón.

La N indica si están o no afectados los ganglios linfáticos cercanos. N0 significa que no lo están. La afectación de los ganglios es un factor pronóstico muy importante que se gradúa de N1 a N3. En particular es vital conocer si están o no invadidos los ganglios más centrales del tórax, una región conocida como mediastino. Por regla general, la afectación del mediastino significa que el tumor es inoperable.

La M indica si no hay metástasis (M0) o, por el contrario, si el cáncer ya se ha ramificado a órganos lejanos (M1)


Etapas del cáncer del pulmón de células pequeñas

La clasificación de los tumores microcíticos de pulmón es mucho más simple. En este tipo de cáncer se habla de etapa limitada y de etapa extensa

La etapa limitada significa que el tumor se encuentra limitado en el hemitórax de origen, el mediastino y los ganglios supraclaviculares. Esto sería un campo tolerable para el empleo de radioterapia.

La etapa extendida es aquella en la que el cáncer está demasiado diseminado para ser incluido dentro de la definición de etapa limitada, es decir, el cáncer se ha extendido al otro pulmón, a los ganglios linfáticos del otro pecho, a órganos distantes, etc.

Los pacientes que tienen una etapa limitada del cáncer podrán ser tratados eficazmente con radioterapia. En los que tienen una etapa extensa, no es tan aplicable la radioterapia.

TIPOS DE CÁNCER DE PULMÓN

El cáncer de pulmón se clasifica por el tipo de célula que produce el tumor. El 90% de ellos son de células pequeñas o de células no pequeñas. El 10% restante está compuesto por clases muy infrecuentes, como la mixta, los carcinoides o los tumores neuroendocrinos.

Por otro lado, el pulmón es un lugar muy frecuente para la aparición de metástasis. Pero éstas no son verdaderos tumores de pulmón, sino siembras de cánceres de otros órganos, como la mama o el intestino.

Cáncer de pulmón de células pequeñas (microcítico)
Recibe este nombre por el tamaño de las células vistas a microscopio. Se relaciona casi invariablemente con el hábito de fumar y se estima que alrededor del 20% de todos los cánceres son de células pequeñas. Éstas se multiplican rápidamente y se pueden formar grandes tumores; además su capacidad de extenderse a otros órganos es mayor. El de células pequeñas es, casi siempre, un tumor muy agresivo.

Las metástasis suelen afectar a los siguientes órganos: ganglios linfáticos, huesos, cerebro, glándulas suprarrenales e hígado. El tumor primario generalmente se origina cerca de los bronquios y se expande hacia el centro de los pulmones.

Cáncer de pulmón de células no pequeñas
Este tipo de cáncer representa casi el 80% del total de los cánceres de pulmón. Se extiende más lentamente que el de células pequeñas y, ocasionalmente, puede aparecer en personas que no fuman.


Hay algunas variedades de cáncer no-microcítico de pulmón. Las dos más comunes son el carcinoma escamoso o epidermoide y el adenocarcinoma. El primero es el más común y, como el microcítico, suele nacer de la profundidad del pulmón, en el centro del pecho. El adenocarcinoma es más raro y suele ser la clase de tumor pulmonar que padecen las personas no fumadoras. Tiende a nacer de las partes más periféricas del pulmón, cerca de la pared del tórax.

Última actualización: Abril 2008

CAUSAS

El hábito de fumar tabaco es la causa principal en el 90% de los casos de cáncer de pulmón, tanto en varones como en mujeres. Décadas atrás, este tipo de tumor era mucho menos frecuente en las mujeres y, cuando aparecía, era más probable que no estuviese relacionado con el tabaco. Estas diferencias van desapareciendo rápidamente, lo que refleja la incorporación femenina al tabaquismo en los años previos.

Otra parte de este tipo de cáncer se debe a sustancias inhaladas y que se encuentran en el lugar del trabajo; un fenómeno relacionado con el 10%-15% de cáncer de pulmón en los varones y el 5% en las mujeres. Las más importantes de estas sustancias son los asbestos, como los que se emplean en las fábricas de amiantos.

El cáncer de pulmón también puede estar causado por radiaciones recibidas en el tórax, como los tratamientos con radioterapia empleados para tratar el cáncer de mama y los linfomas. El intervalo entre la exposición a las radiaciones y la aparición del cáncer suele ser muy largo, en torno a los 20 años. El mayor riesgo lo sufren las personas que se trataron hace muchos años, con aparatos antiguos, y fumaron durante los años siguientes. El riesgo con los equipos modernos de radioterapia es muy bajo.

Los factores hereditarios apenas tienen relación con el cáncer de pulmón


Factores de riesgo

La nicotina potencia el efecto cancerígeno de las otras sustancias procedentes del humo del tabaco y los efectos de los carcinógenos en el medio ambiente.La nicotina actúa sobre el mecanismo de apoptosis, o muerte celular, impidiendo que las células se suiciden. Cuando se trata de células cancerígenas hace lo mismo con lo cual provoca o estimula la formación de cáncer.

Además del tabaco, existen otras sustancias, mencionadas anteriormente, que se detallan ahora:

Asbesto: las personas que trabajan con asbesto tienen siete veces más posibilidades de sufrir cáncer que las que no mantienen contacto con esta sustancia. Estas personas sufren un tipo de cáncer denominado mesotelioma, que se da en la pleura. En los últimos años, los gobiernos han prohibido que se emplee este material para los productos comerciales e industriales. Si se combina la exposición a asbesto con el hábito de fumar, se aumentan las probabilidades de sufrir cáncer de 50 a 90 veces.

Agentes causantes de cáncer en el trabajo: un grupo de riesgo laboral son los mineros. Éstos trabajan con materiales que al ser inhalados puede dañar sus pulmones. Tales sustancias son minerales radiactivos como el uranio, y los trabajadores expuestos a productos químicos tales como el arsénico, el cloruro de vinilo, los cromatos de níquel, los productos derivados del carbón, el gas de mostaza y los éteres clorometílicos. Las personas que trabajan en estas condiciones deben tener mucho cuidado de evitar la exposición a dichos agentes.

Otro tipo de factores serían aquellos que han producido algún daño en el pulmón y que predisponen a padecer un cáncer, como haber sufrido tuberculosis, silicosis o berilosis (enfermedades, estas dos últimas, causadas por inhalación de ciertos minerales).

Otro motivo que favorece el crecimiento de células cancerígenas sería el exceso o déficit de vitamina A.

Observando los factores de riesgo parece fácil la prevención de esta enfermedad. El no fumar o el dejar de hacerlo, es la medida más eficaz en la prevención de este cáncer.

LOS PULMONES

Los pulmones son dos órganos esponjosos y ligeros, los más grandes del organismo, que se encuentran situados en la cavidad torácica, los dos no son exactamente iguales.

El pulmón derecho es mayor que el izquierdo, esto es así porque el corazón se encuentra situado en ese lugar. El pulmón derecho se divide en tres porciones, llamadas lóbulos, y el izquierdo en dos.

Los pulmones están recubiertos por una membrana que los protege y les da elasticidad para facilitar sus movimientos, que se denomina pleura.Hay diferentes estructuras que entran y salen de los pulmones y que realizan distintas funciones.

Mediante el movimiento de fuelle del tórax, los pulmones aspiran el aire del ambiente atmosférico para extraer el oxígeno y expulsan el aire del interior de los pulmones para eliminar el dióxido de carbono o anhídrido carbónico (CO2). El aire inspirado pasa por la laringe y la tráquea desde donde se distribuye a través de los bronquios a los pulmones.

La tráquea, que lleva el oxígeno procedente de la boca y las fosas nasales,a la altura de los pulmones se divide en dos conductos o tubos, son los bronquios.

Los bronquios, ya en el interior de los pulmones, son las 'tuberías' por donde circula el aire y se ramifican en múltiples conductos, llamados bronquiolos.

Los bronquiolos poseen unas terminaciones con forma de racimo de uvas, minúsculas, que se denominan alvéolos. Estos son unas pequeñas cavidades que están en contacto con los vasos sanguíneos que irrigan los pulmones.

Existen otras estructuras que son las venas y las arterias que se encargan de transportar la sangre desde los pulmones al organismo y desde éste a los pulmones.

La sangre llega hasta los alvéolos y allí es donde se intercambian los gases, dejando el dióxido de carbono en los pulmones para ser expulsado y el oxígeno en la sangre para que lo lleve al resto del organismo.

CANCER DE PULMON

¿QUÉ ES?

Las células son las unidades de vida más pequeñas del cuerpo humano. Una de sus funciones es reproducirse y morirse cuando ya no son útiles. Este proceso es muy ordenado, en el tiempo y en el espacio, de tal forma que permite que exista siempre el número adecuado de células para cada etapa de la vida.

Cuando esta multiplicación de células se produce de manera descontrolada, se forman masas anormales. A estas masas se les denomina tumores.Puede haber tumores benignos y malignos. Los tumores benignos son aquellos que no se propagan a otras zonas y que no comprometen la vida de la persona.



Los tumores malignos suelen extenderse a otras partes del cuerpo y causan daño a los tejidos y a los órganos corporales pudiendo incluso provocar la muerte de la persona.

Las células malignas pueden moverse a través de la linfa o de la sangre y llegar a cualquier parte del cuerpo provocando un segundo tumor, que se denomina metastásico, porque no es el que se originó primero.

El cáncer de pulmón consiste en un crecimiento anormal de las células del pulmón. La enfermedad se produce habitualmente en las paredes internas de los bronquios, y al crecer puede obstruir el paso del aire y alterar la respiración. Por este motivo, produce generalmente falta de aire, ahogo y fatiga.

Existen dos tipos principales de cáncer de pulmón: el cáncer de células pequeñas o microcítico y el cáncer de células no pequeñas (no microcítico o broncogénico).

Este informe se ha elaborado con la colaboración del doctor Carlos García Girón (Hospital General Yagüe de Burgos), del Grupo Español de Cáncer de Pulmón.
Última actualización: Abril 2008

lunes, 24 de noviembre de 2008

DIRECCIONES DE INTERÉS

Grupo Español de Cáncer de Mamahttp://www.geicam.org/

Asociación Española contra el Cáncerhttp://www.aecc.es/

Sociedad Española de Oncología Médica http://www.seom.org/

Instituto Nacional del Cáncer http://www.cancernet.nci.nih.gov/

Fundación para la Educación Pública y la Formación Oncológica Continuada (FEFOC) http://www.fefoc.org/

Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA) http://www.fecma.org/


*** Ensayos clínicos de cáncer de mama en España (GEICAM) http://www.geicam.org/ECLINICOS.htm

SEGUIMIENTO

Después de que la mujer se haya sometido al tratamiento para la eliminación del cáncer de mama, tiene que realizar unos controles más estrictos durante los cinco primeros años. Pasados éstos deberá seguir controlándose como cualquier mujer sana.

Los controles son los siguientes:

Durante los dos primeros años, tendrá que realizarse exploraciones físicas cada tres meses y una mamografía anual.

Durante los siguientes tres años, las exploraciones físicas las realizará cada seis meses y la mamografía también será anual.

Estos controles no precisarán de ninguna otra prueba siempre que la mujer se encuentre asintomática y su médico así lo crea conveniente.

Otras pruebas que no son infrecuentes son un análisis de sangre, una radiografía de tórax y una radiografía ósea seriada. Se puede realizar alguna otra prueba relacionada con cualquier sintomatología que presente la paciente.

TRATAMIENTO

El tratamiento vendrá determinado por el tamaño del tumor y si ha habido extensión a los ganglios u otras zonas del cuerpo. Por lo general, cuando el tumor es menor de 1 centímetro de diámetro, la cirugía es suficiente para terminar con el cáncer y no se precisa de quimioterapia. No obstante, hay pocos casos en los que no se requiera un tratamiento complementario a la cirugía, bien con quimioterapia o con hormonoterapia. Actualmente el factor pronóstico más importante sigue siendo la afectación ganglionar: el número de ganglios afectados ayuda al oncólogo a seleccionar el tratamiento posterior.

La intervención quirúrgica, siempre realizada por un cirujano/ginecólogo experto en cáncer de mama, permite el control local de la enfermedad y llevar a cabo un diagnóstico riguroso gracias a que se pueden determinar las características del tumor y el número de ganglios afectados por células malignas.

La radioterapia consiste en el empleo de rayos de alta energía, como rayos X, para destruir o disminuir el número de células cancerosas. Es un tratamiento local que se administra después de la cirugía conservadora (cuando se emplea después de la mastectomía es porque se considera que existe riesgo de que el tumor se reproduzca). Se desarrolla a lo largo de unos 20-30 días (los que el oncólogo y el radiólogo hayan creído convenientes), y la paciente va de forma ambulatoria a la clínica o sala donde se realice la radioterapia; no tiene que estar ingresada para ello.

En sí, el tratamiento dura unos minutos. No es doloroso sino que es algo parecido a una radiografía sólo que la radiación es mayor y está concentrada en la zona afectada. Lo que se consigue con la radioterapia es disminuir el tamaño del tumor, para luego retirarlo quirúrgicamente o, una vez realizada la intervención, limpiar la zona de células malignas.

Los efectos secundarios de este tratamiento son cansancio o fatiga, inflamación y pesadez en la mama, enrojecimiento y sequedad en la piel (como después de una quemadura solar), que suelen desaparecer tras seis o 12 meses. La acción de los aparatos suele estar muy focalizada de manera que sus efectos suelen ser breves y, generalmente, bien tolerados por las pacientes. Una buena combinación de descanso, actividad física y prendas delicadas puede atenuar estas molestias. (* Véalo en imágenes)

La quimioterapia consiste en la administración de medicamentos que destruyen las células cancerosas y evitan la aparición del tumor en otras partes del cuerpo. Existen varias vías de administración, pero las más frecuentes son la vía oral y la vía intravenosa.

No es necesaria la hospitalización para recibir este tratamiento, se puede hacer de forma ambulatoria. Esto dependerá del estado de la paciente y del tiempo de duración del tratamiento, uno completo puede prolongarse entre cuatro y ocho meses. El tratamiento quimioterápico puede realizarse a modo adyuvante, es decir, sumado a la cirugía o como tratamiento único, para los casos de recidivas y que la cirugía no sea una solución.

La quimioterapia neoadyuvante es aquella que se realiza antes de la cirugía y sólo en algunos casos. Su objetiv es reducir el tamaño del tumor y poder realizar una operación que permita conservar la mama en mujeres para las que la primera opción era la mastectomía.

La mujer con un diagnóstico reciente debe saber que existe una alternativa a la mastectomía (cirugía radical) de inicio y debe conversar con su médico sobre la posibilidad de recibir la quimioterapita en primer lugar.

La quimioterapia adyuvante se realiza después de la cirugía para eliminar las posibles células cancerosas que hayan quedado en cantidades microscópicas e impedir su crecimiento.

Sólo hay un 10% de todas las pacientes que no reciben tratamiento postoperatorio y que son aquellas que no tienen afectados los ganglios y que el tumor es menor de 1cm., y/o los receptores hormonales son positivos.

Estos medicamentos se administran a modo de ciclos, con un período de recuperación entre cada uno.

La duración total del tratamiento varía en función de la quimioterapia que precise la paciente pero oscila entre tres y seis meses.

Los efectos secundarios de la quimioterapia:

Debido a que son medicamentos muy fuertes, presentan unos efectos secundarios que, en algunos casos, resultan muy molestos. Hay que decir que se administran, junto con ellos, otros fármacos que disminuyen algunos de esos efectos. Los más frecuentes son:

- Náuseas y vómitos (Leer más).
- Pérdida de apetito.
- Pérdida del cabello.
- Llagas en la boca.
- Cansancio.
- Riesgo elevado de infecciones por la disminución de los glóbulos blancos.
- Cambios en el ciclo menstrual.
- Hematomas.

La quimioterapia como tratamiento para las recaídas (cuando vuelve a aparecer el cáncer en la otra mama o en otro órgano) se administra de la forma que hemos descrito anteriormente, sólo que la dosis tendrá que ser la apropiada al estadio del cáncer.

Junto a la quimioterapia, se administrará tratamiento hormonal, siempre que el tumor presente receptores hormonales.

La terapia hormonal consiste en la administración de fármacos que bloquean la acción de las hormonas que estimulan el crecimiento de las células cancerosas.

Se les da a aquellas pacientes que tienen receptores hormonales positivos, esto viene a ser el 60-70% del total de las pacientes diagnosticadas con cáncer de mama.

Hace años se realizaba la extirpación ovárica para impedir la acción de las hormonas pero, en la actualidad, esta técnica no se emplea y en su lugar se utiliza la terapia hormonal.

Últimamente se están empleando nuevos fármacos para esta terapia, que son los siguientes:

- Fármacos antiestrógenos o moduladores del receptor estrogénico.
- Agonistas de la hormona luteinizante, a nivel de la hipófisis, que se encarga de la producción de estrógenos en mujeres premenopáusicas.
- Fármacos de la aromatasa, enzima que produce estrógenos en mujeres cuyos ovarios ya no los producen, es decir, en mujeres menopáusicas.
- Fármacos de tipo de la progesterona.

Los efectos secundarios de estos fármacos son parecidos a los síntomas que se dan en la menopausia, es decir, sofocos, nerviosismo, etc. En algunas mujeres posmenopáusicas se ha visto otros riesgos como un aumento de la tromboflebitis, etc.

Estos medicamentos tienen varias vías de administración que se elegirán en función de lo que decida el médico y la paciente. Estas vías son la oral, la subcutánea y la intramuscular (a través de una inyección).

La cirugía se realizará una vez obtenido el resultado de la biopsia. Con ella, se pretende conseguir la extirpación total del tumor. Dependiendo de éste, la cirugía será más o menos complicada.

La cirugía conservadora de la mama consiste en extirpar el tumor intentando conservar la mayor cantidad de tejido mamario intacto. En función del tamaño del tumor tenemos los siguientes tipos de cirugía:

Lumpectomía: extirpación del tumor junto con un borde de tejido normal.

Mastectomía parcial o escisión amplia: extirpación del tumor junto con una cantidad mayor de tejido normal.

Cuadrantectomía: extirpación de un cuarto de la mama. Estos tipos de cirugía se realizará en aquellos casos en los que el tumor sea pequeño, alrededor del 15% de los casos, la cantidad de tejido que se extrae es tan pequeña que no se nota mucha diferencia entre la mama operada y la que no lo ha sido. Los índices de supervivencia entre las mujeres que ha sido intervenidas con cirugía conservadora y las que se han extirpado la totalidad de la mama a una son idénticos. Éstas son las opciones de la cirugía radical:

Mastectomía simple: se extirpa la totalidad del tejido mamario, pero se deja el músculo subyacente intacto y suficiente piel como para cubrir la herida. La mama se reconstruye con más facilidad si los músculos pectorales y otros tejidos que se encuentran debajo de la misma quedan intactos. Esta técnica se emplea cuando el cáncer es invasivo y se ha extendido dentro de los conductos mamarios.

Mastectomía radical modificada: se extirpa toda la mama, algunos ganglios axilares del mismo brazo de la mama y una pequeña sección del músculo pectoral..

Mastectomía radical: se extirpan el tumor y la mama, los músculos pectorales subyacentes y los ganglios axilares.

Biopsia del ganglio linfático centinela: durante la intervención quirúrgica, se inyecta un colorante o una sustancia radiactiva en la zona del tumor. La sustancia es transportada por la linfa y si es captada por el primer ganglio, que es el que puede contener mayor número de células cancerosas, se extirpan más ganglios. Si no contiene células malignas, no se extirpan los demás. Las posibilidades de supervivencia son mayores si no están afectados los ganglios axilares. Esta biopsia no se realiza si el tumor está muy localizado y es muy pequeño, pero, en caso de no ser así, se hace para intentar evitar los problemas que pueden ocurrir al extirpar los ganglios linfáticos.

El linfedema: es una complicación que ocurre en una o dos mujeres de cada 10 intervenidas. Esta complicación consiste en una inflamación, rigidez o dolor y pérdida de la movilidad en el brazo después de la extirpación ganglionar. La mujer, una vez operada, deberá evitar coger peso con ese brazo y realizar ejercicios violentos. El tratamiento a este problema es mediante masajes o vendajes de compresión. Se está realizando una nueva técnica, que está en estudio, que consiste en una liposucción para extraer la grasa que se almacena en el brazo.

Reconstrucción mamaria: por lo general, para realizar una reconstrucción de la mama, la mujer tiene que pasar dos veces por quirófano, una para la mastectomía y otra para la implantación de la prótesis. Generalmente no se suele realizar a un tiempo porque se precisaría estar mucho tiempo bajo anestesia y se prefiere hacerlo en dos intervenciones distintas. No existe ningún inconveniente para que la paciente se intervenga cuando ella lo crea conveniente. El implante suele ser de silicona o de suero salino. No todas las mujeres, que han sido sometidas a una mastectomía radical, quieren realizarse un implante de prótesis. El hecho de pasar nuevamente por un quirófano y someterse a una anestesia y cirugía con la posterior recuperación, hace que algunas opten por las prótesis artificiales.

domingo, 23 de noviembre de 2008

DIAGNÓSTICO

En la actualidad la mejor lucha contra el cáncer de mama es una detección temprana del tumor pues aumentarán las posibilidades de éxito del tratamiento.

¬ Autoexploración
La autoexploración sistemática permite detectar tumores más pequeños que los que pueda detectar el médico o la enfermera pues la mujer estará familiarizada con sus senos y podrá detectar cualquier pequeño cambio. En las revisiones ginecológicas, el médico comprueba que no exista ninguna irregularidad en las mamas, también que no haya ninguna inflamación de los ganglios linfáticos axilares.

La autoexploración debe realizarse después de la menstruación, las mujeres menopáusicas deberán asociarla a un día del mes, pues conviene que se realice siempre en estados similares.

La mujer debe estar tranquila y realizarla en el lugar que crea más adecuado. A algunas mujeres les parecerá más cómodo realizarla en el momento de la ducha, sin embargo, a otras, pueden preferir hacerla al acostarse.

La manera más adecuada, para observar los cambios en las mamas, es situarse delante de un espejo, con los brazos caídos a ambos lados del cuerpo. Tendrá que observar la simetría de las mamas, el aspecto de la piel, el perfil, etc.

Hay que buscar zonas enrojecidas, bultos u hoyuelos. El aspecto no debe recordar la piel de naranja. Los pezones y areolas no deben estar retraídos o hundidos.

Una vez hecho lo anterior, tiene que repetir la operación pero con los brazos elevados sobre el cuello. Los senos deberán elevarse de la misma manera y, en esa posición, comprobar que no hay ningún bulto u hoyuelo.

La palpación puede realizarse una vez enjabonada, en la ducha, o tumbada en la cama con una almohada debajo del hombro correspondiente al seno que se vaya a examinar. Conviene repetirla en distintas posturas: tumbada y de pie.Se debe utilizar la mano contraria a la mama que va a palparse. La presión será la suficiente como para reconocer bien el seno.

Se pueden realizar varios movimientos para la exploración:

1) Con la yema de tres dedos hay que ir realizando movimientos circulares desde la parte más externa de la mama hacia el pezón, a modo de espiral.

2) Otro movimiento que se puede realizar con los dedos es en forma de eses, ir recorriendo el seno de un lado al otro.

3) El tercer movimiento es radial, comenzando desde el pezón hacia fuera.

Conviene ser muy cuidadosa en la zona del cuadrante superior externo, pues están cercanos los ganglios axilares, y es ahí donde se detectan el mayor número de tumores.

Hay que comprimir un poco el pezón y comprobar si se produce alguna secreción (avise al médico si esto es así, intente identificar el color de la secreción).

Una vez explorada la mama, hay que realizar la exploración de la axila para intentar descubrir la existencia de bultos en esta zona.

El examen se deberá realizar en las dos mamas y axilas

¬ Mamografía
Las mujeres con factores de riesgo deben realizarse una mamografía y un examen clínico anual a partir de los 40 años.

Las mujeres que no tienen factores de riesgo conocidos recientes deben realizarse una mamografía cada dos años, a partir de los 40 años, y anualmente, a partir de los 50 años. No obstante, este asunto ha sido objeto de controversias recientes y algunos estudios sugieren la necesidad de hacerse una mamografía al año entre los 40 y los 49.

La mamografía es una exploración que utiliza los rayos X de baja potencia para localizar zonas anormales en la mama. Esta técnica consiste en colocar la mama entre dos placas y presionarla durante unos segundos mientras se realizan las radiografías

No hay ningún peligro por las radiaciones de esta técnica, ya que son de baja potencia.

Es una de las mejores técnicas para detectar el cáncer de mama en sus primeras fases.

La mamografía realizada a intervalos de 1 a 2 años, reduce las muertes por esta enfermedad de un 25% a un 35% en las mujeres de 50 años o más que no presentan síntomas.

Para confirmar el diagnóstico, en los casos positivos, hay que realizar una biopsia tras la mamografía.

* REPORTAJE: 'Mamografías sin barreras'


¬ Ecografía
Es una técnica secundaria en el diagnóstico de cáncer de mama. Se emplean ultrasonidos que son convertidos en imágenes.

Su utilidad se encuentra en que con ella se pueden diferenciar los tumores formados por líquido (quistes) de las masas sólidas. La importancia de detectar esa diferencia es mucha pues los quistes no suelen necesitar un tratamiento si no hay otros síntomas, mientras que las masas sólidas precisan de una biopsia.

Además, en mujeres jóvenes con mamas densas es posible que el radiólogo prefiera hacer una ecografía en lugar de una mamografía ya que esta prueba presenta más sensibilidad en estos casos.

¬ Resonancia magnética nuclear (RMN)
Esta técnica emplea los campos magnéticos y los espectros emitidos por el fósforo en los tejidos corporales y los convierte en imagen. Con ella se puede observar la vascularización del tumor. (*Véalo en imágenes)

¬ Tomografía axial computadorizada (TAC)
Consiste en una técnica de rayos X, utiliza un haz giratorio, con la que se visualiza distintas áreas del cuerpo desde diferentes ángulos. Sirve para el diagnóstico de las metástasis, no del cáncer de mama propiamente dicho.

¬ Tomografía por emisión de positrones (PET)
Consiste en inyectar un radio fármaco combinado con glucosa que será captado por las células cancerosas, de existir un cáncer, pues éstas consumen más glucosa. El radio fármaco hará que se localicen las zonas donde se encuentre el tumor.

¬ Termografía
Es una técnica que registra las diferencias de temperatura. No se suele utilizar con mucha frecuencia. De todas las técnicas anteriores, las más empleadas son la mamografía y la ecografía. Si existe alguna duda, que no se solucione con estas dos, se emplea las otras. Ninguna es mejor que la otra sino que con cada una se ve la zona corporal de una manera diferente.

¬ Biopsia
Una vez detectado el tumor mediante una o varias de las técnicas mencionadas, se debe realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico.Hay varios tipos de biopsias según la técnica que se emplee:

Biopsia aspirativa con aguja fina (PAAF):
consiste en introducir una aguja hasta la zona del tumor, mientras el médico palpa la masa. Si la masa no puede palparse, se puede realizar esta técnica con ayuda de la ecografía para situar la aguja en el sitio exacto donde se encuentre la masa. Después se extraerá el líquido con la aguja.

Si el líquido es claro, lo más probable es que sea un quiste benigno, aunque también puede ser que el líquido sea turbio o con sangre y que el tumor sea benigno. Si la masa es sólida, se extraen pequeños fragmentos del tejido. El análisis microscópico de esta muestra (tanto del líquido como del tejido) es el que determinará si es benigno o canceroso.

En ocasiones, el resultado puede no ser satisfactorio para el médico, por lo que se solicita otro tipo de biopsia o se realiza un seguimiento de la paciente.Biopsia quirúrgica: en ocasiones se empleará la cirugía para extirpar parte o la totalidad de la masa en el quirófano para su posterior examen microscópico. Cuando se extirpa una parte del tejido, se denomina biopsia por incisión. Ésta suele realizarse en tumores muy grandes.

La biopsia excisional es aquella en la que se extirpa todo el tumor o área sospechosa, el margen circundante al tumor aunque tenga apariencia normal.Biopsia radio quirúrgica o biopsia por localización mamográfica: se utiliza cuando la masa no puede palparse y se visualiza a través de la mamografía. La técnica consiste en localizar el tumor a través de varias mamografías e introducir una aguja en la zona exacta donde se encuentra la masa en la mama. Puede dejarse una marca mediante la aguja con carbón activado o bien se deja un fino alambre que servirá posteriormente de guía al cirujano.

Se habla de biopsias en uno o dos tiempos, dependiendo si se realiza el tratamiento quirúrgico en el mismo momento de la biopsia o si se espera el resultado completo del análisis microscópico, y unos días después de la biopsia, se realiza la extirpación tumoral y la resección mamaria.

La ventaja de la biopsia en un tiempo es que sólo se realizará una intervención quirúrgica pero, la desventaja, es que la mujer, en el momento de entrar al quirófano, no sabe si tiene cáncer y si va a salir con una mastectomía, por lo que la tensión nerviosa es muy fuerte.

Con la biopsia en dos tiempos, la paciente tiene más tiempo para asumir su situación, ir más tranquila a realizarse la biopsia y poder consultar a su médico todas las dudas que tenga antes de realizarle la intervención.

Una vez extraído el tejido mediante la biopsia, el patólogo examinará la muestra y determinará el estadio del tumor, así como su capacidad para extenderse con rapidez.

El tiempo de espera para el resultado de la biopsia varía en función de si se realiza en un tiempo o en dos. Si es en un tiempo, el tejido extraído se congela, se lamina y se observa al microscopio. El resultado tardará unos 15-20 minutos. Si se hace en dos tiempos, el resultado tardará de siete a 10 días. Los cánceres constituidos por células más primitivas (no diferenciadas) o aquellos que presentan un gran número de células dividiéndose suelen ser más graves. Habrá que realizar también una exploración completa para determinar si cualquier otra parte del cuerpo está afectada. Las pruebas que se harán son:

¬ Radiografías del tórax para descartar una afectación pulmonar; ecografía abdominal para valorar la situación hepática, gammagrafía ósea y análisis de sangre para evaluar la correcta función medular, hepática y renal.

¬ Además, en el servicio de Anatomía Patológica, el patólogo analizará una serie de factores moleculares en el tumor:

* receptores de estrógenos y progesterona: a través de la biopsia del tejido tumoral, se analizará si las células del tumor presentan estos receptores, que son moléculas que reconocen a las hormonas (estrógenos y progesterona). Tanto las células sanas como las del tumor pueden tener estos receptores. Aquellos tumores que contienen estos receptores se denominan ER-positivos y PR-positivos y tienen mejor pronóstico que los negativos, así como mayores probabilidades de responder a la terapia hormonal.

* Prueba de HER2/neu: otra sustancia que hay que examinar, durante la biopsia, es la cantidad de la proteína HER/2nu, una proteína promotora del crecimiento celular, y los genes responsables de la producción de más o menos cantidad de esa proteína. La presencia elevada de la proteína o de los genes, indica un peor pronóstico del cáncer pues tienden a crecer y a propagarse más rápidamente. Este oncogen se da en el 20%-25% de todos los casos. Una vez conocida la presencia de éstas proteínas, y sólo en determinadas situaciones, puede administrarse un medicamento llamado Herceptina que evita que la proteína HER/2nu estimule el crecimiento de las células cancerosas.

¬ Otras pruebas: otra posibilidad para conocer el riesgo de reincidencia del cáncer es la determinación de la proteína BAG1 que, cuando está elevada, indica que esa paciente tiene más probabilidades de supervivencia libre de la enfermedad.

Aunque existen más pruebas para detectar otro tipo de marcadores, semejantes al HER2/neu o al PR y ER, las más frecuentes son las mencionadas anteriormente porque son las más útiles ya que orientan sobre el tipo de tratamiento más adecuado y porque existe un tratamiento para ello.

SÍNTOMAS

En los estadios iniciales del cáncer de mama la mujer no suele presentar síntomas. El dolor de mama no es un signo de cáncer aunque el 10% de estas pacientes lo suelen presentar sin que se palpe ninguna masa.

El primer signo suele ser un bulto que, al tacto, se nota diferente del tejido mamario que lo rodea. Se suele notar con bordes irregulares, duro, que no duele al tocarlo. En ocasiones aparecen cambios de color y tirantez en la piel de la zona afectada.

No todos los tumores malignos presentan estas características pues algunos tienen bordes regulares y son suaves al tacto. Por este motivo, cuando se detecte cualquier anomalía se debe consultar con el médico.

En las primeras fases, el bulto bajo la piel se puede desplazar con los dedos. En fases más avanzadas, el tumor suele estar adherido a la pared torácica o a la piel que lo recubre y no se desplaza. El nódulo suele ser claramente palpable e incluso los ganglios de las axilaes pueden aumentar de tamaño. Los síntomas de estas etapas son muy variados y dependen del tamaño y la extensión del tumor.

Otros signos que pueden aparecer son:

- Dolor o retracción del pezón.
- Irritación o hendiduras de la piel.
- Inflamación de una parte del seno.
- Enrojecimiento o descamación de la piel o del pezón.
- Secreción por el pezón, que no sea leche materna.

sábado, 22 de noviembre de 2008

FACTORES DE RIESGO

La causa del cáncer de mama no se conoce pero sí se sabe algunos factores de riesgo. Se considera factor de riesgo aquella situación que aumente las probabilidades de padecer la enfermedad.

Hay que tener en cuenta que aquellas mujeres que tengan mayores probabilidades de padecer cáncer de mama (por tener más factores de riesgo) pueden tomar medidas preventivas que reduzcan esa probabilidad como revisiones periódicas o cambios en su estilo de vida.

FACTORES DE RIESGO

**Sexo
El cáncer de mama se da principalmente en la mujer aunque. También puede afectar a los hombres pero la probabilidad es mucho menor.

**Edad
Una mayor edad conlleva un aumento del número de cánceres. El 60% de los tumores de mama ocurren en mujeres de más de 60 años. Este porcentaje aumenta mucho más después de los 75 años.

**Genes
Existen dos genes identificados que, cuando se produce algún cambio en ellos (mutación), se relacionan con una mayor probabilidad de desarrollar el cáncer de mama. Estos genes se denominan BRCA1 y BRCA2 y según algunos estudios parece que entre el 50% y el 60% de mujeres que han heredado estos genes mutados pueden desarrollar el cáncer antes de los 70 años.

**Antecedentes familiares
Cuando un pariente de primer grado (madre, hermana, hija) ha tenido cáncer de mama se duplica el riesgo de padecerlo. Si se trata de un pariente más lejano (abuela, tía, prima) sólo aumenta el riesgo ligeramente.

**Antecedentes personales
Una enfermedad mamaria benigna previa parece aumentar el riesgo en aquellas mujeres que tienen un gran número de conductos mamarios. Aún así, este riesgo es moderado. Algunos resultados anormales de biopsia de mama pueden estar relacionados con un riesgo ligeramente elevado de padecer cáncer de mama. El riesgo de desarrollar cáncer en el otro seno en aquellas mujeres que han tenido un cáncer de mama es distinto de la recurrencia o reaparición del primer cáncer.

**Raza
Las mujeres blancas son más propensas a padecer esta enfermedad que las de raza negra, aunque la mortalidad en éstas últimas es mayor, probablemente porque a ellas se les detecta en estadíos más avanzados. Las que tienen menor riesgo de padecerlo son las mujeres asiáticas e hispanas.

**Períodos menstruales
Cuanto antes se comienza con la menstruación (antes de los 12 años), mayor es el riesgo (de dos a cuatro veces mayor) de padecer esta enfermedad si se compara con aquellas que comenzaron más tarde (después de los 14 años). Lo mismo ocurre con la menopausia: las mujeres con una menopausia tardía (después de los 55 años) tienen mayor riesgo. El embarazo después de los 30 años también aumenta el riesgo. Estos factores, aunque muy frecuentes, suelen tener poca incidencia sobre el riesgo de padecer cáncer.

FACTORES RELACIONADOS CON EL ESTILO DE VIDA
**Uso prolongado de anticonceptivos
Los últimos estudios han demostrado que el uso prolongado de anticonceptivos no está relacionado con el cáncer de mama.
**Terapia hormonal sustitutiva
Esta terapia, que se utiliza para aliviar los síntomas de la menopausia, parece aumentar a largo plazo (más de 10 años) el riesgo de sufrir cáncer de mama, aunque los estudios al respecto no son dle todo concluyentes.
**Alcohol
El consumo de alcohol durante años está claramente vinculados al riesgo elevado de cáncer de mama.
**Exceso de peso
El exceso de peso parece estar relacionado con un riesgo más alto de tener esta enfermedad, aunque no existe ninguna evidencia que un tipo determinado de dieta (dieta rica en grasas) aumente ese riesgo.
Hay que tener presentes estos factores de riesgo, y evitar aquellos que se puedan. También se debe conocer que, en la actualidad, entre el 70% y el 80% de todos los cánceres mamarios aparecen en mujeres sin factores de riesgo aplicables y que sólo del 5% al 10% tiene un origen genético por poseer los genes mutados BRCA1 y BRCA2. En la actualidad existen unos criterios muy precisos que aconsejan la realización de estas pruebas. No basta, por ejemplo, con tener un familiar con cáncer de mama (madre o hermana) para indicar su realización.

EL CÁNCER DE MAMA EN EL HOMBRE

El cáncer de mama también afecta a los hombres pero en un porcentaje mucho menor (1%) comparado con la población femenina que lo padece.

Los síntomas son similares a los que presenta la mujer, y el pronóstico y tratamiento es el mismo que el de ellas y es el que se explica a continuación.

El mayor problema que se observa es que se detecta un poco más tarde pues, al darse en pocos hombres, se piensa en otros diagnósticos antes que en un cáncer de mama.

¿CUÁNTAS MUJERES PADECEN ESTA ENFERMEDAD?

En España se diagnostican cada año 15.000 nuevos casos y actualmente ya se manejan cifras que indican que una de cada 16-18 españolas tendrá un cáncer de mama.

En la franja de edad de 45-55 años, el cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres de nuestro país, por delante del cáncer de pulmón.

La tasa de curación en España ronda el 60%. En el caso de recaídas, la estimación de supervivencia es de unos dos 2 años de vida, lo que significa que en la realidad hay mujeres con una supervivencia corta (de menos de un año) y en otros casos esta cifra se prolonga por encima de los cuatro años.

Las recaídas en pacientes sin afectación ganglionar es del 30%, mientras que para las que tienen afectación este porcentaje varía en función del número de ganglios afectados. Si tienen más de 10 ganglios el porcentaje de recaídas se eleva al 90%.

La detección precoz, cuando el tumor no está extendido ni ha evolucionado, hace que el porcentaje de curación se eleve casi al 90%.

La Sociedad Americana del Cáncer (ACS) estima que cada año se diagnostican unos 190.000 nuevos casos de cáncer invasivo de mama en Estados Unidos.

La supervivencia relativa de cinco años para mujeres estadounidenses con cáncer mamario localizado es en la actualidad del 97%.

Los índices de mortalidad del cáncer de mama disminuyeron de 1992 a 1996 significativamente, probablemente debido a los mejores diagnósticos y a las mejoras en los tratamientos.
TIPOS DE CÁNCER DE MAMA

La mayoría de los tumores que se producen en la mama son benignos, no cancerosos, y son debidos a formaciones fibroquísticas.

El quiste es como una bolsa llena de líquido y la fibrosis es un desarrollo anormal del tejido conjuntivo. La fibrosis no aumenta el riesgo de desarrollar un tumor y no requiere de un tratamiento especial. Los quistes, si son grandes, pueden resultar dolorosos. La eliminación del líquido con una punción suele hacer desaparecer el dolor. La presencia de uno o más quistes no favorece la aparición de tumores malignos.

Los tumores benignos están relacionados en su mayoría con factores genéticos. Los síntomas que producen son dolor e inflamación pero ni se diseminan al resto del organismo ni son peligrosos.

Dentro de los tumores malignos, existen varios tipos en función del lugar de la mama donde se produzca el crecimiento anormal de las células y según su estadio.

Los tumores pueden ser localizados o haberse extendido, a través de los vasos sanguíneos o mediante los vasos linfáticos, y haber dado lugar a metástasis, es decir, a un cáncer en un órgano distante al originario.

De todos los casos de cáncer de mama, sólo el 7-10% de ellos presenta metástasis de inicio.

Los tipos de cáncer de mama se clasifican en:
El carcinoma ductal in situ se origina en las células de las paredes de los conductos mamarios. Es un cáncer muy localizado, que no se ha extendido a otras zonas ni ha producido metástasis. Por este motivo esta enfermedad 'premaligna' puede extirparse fácilmente. La tasa de curación ronda el 100%. Este tipo de tumor se puede detectar a través de una mamografía.
El carcinoma ductal infiltrante (o invasivo) es el que se inicia en el conducto mamario pero logra atravesarlo y pasa al tejido adiposo de la mama y luego puede extenderse a otras partes del cuerpo. Es el más frecuente de los carcinomas de mama, se da en el 80% de los casos.
El carcinoma lobular in situ se origina en las glándulas mamarias (o lóbulos) y, aunque no es un verdadero cáncer, aumenta el riesgo de que la mujer pueda desarrollar un cátumor en el futuro. Se suele dar antes de la menopausia. Una vez que es detectado, es importante que la mujer se realice una mamografía de control al año y varios exámenes clínicos para vigilar el posible desarrollo de cáncer.
El carcinoma lobular infiltrante (o invasivo) comienza en las glándulas mamarias pero se puede extender y destruir otros tejidos del cuerpo. Entre el 10% y el 15% de los tumores de mama son de este tipo. Este carcinoma es más difícil de detectar a través de una mamografía.
El carcinoma inflamatorio es un cáncer poco común, tan sólo representa un 1% del total de los tumores cancerosos de la mama. Es agresivo y de rápido crecimiento. Hace enrojecer la piel del seno y aumentar su temperatura. La apariencia de la piel se vuelve gruesa y ahuecada, como la de una naranja, y pueden aparecer arrugas y protuberancias. Estos síntomas se deben al bloqueo que producen las células cancerosas sobre los vasos linfáticos.

¿QUÉ ES EL CÁNCER DE MAMA?

El cáncer de mama consiste en un crecimiento anormal y desordenado de las células de éste tejido.

La mama está formada por una serie de glándulas mamarias, que producen leche tras el parto, y a las que se les denomina lóbulos y lobulillos.

Los lóbulos se encuentran conectados entre sí por unos tubos, conductos mamarios, que son los que conducen la leche al pezón, durante la lactancia, para alimentar al bebé.

Las glándulas (o lóbulos) y los conductos mamarios están inmersos en el tejido adiposo y en el tejido conjuntivo, que, junto con el tejido linfático, forman el seno.

A modo de muro de contención, actúa el músculo pectoral que se encuentra entre las costillas y la mama.

La piel recubre y protege toda la estructura mamaria.

El sistema linfático está formado por recipientes y vasos o conductos que contienen y conducen la linfa, que es un líquido incoloro formado por glóbulos blancos, en su mayoría linfocitos. Estas células reconocen cualquier sustancia extraña al organismo y liberan otras sustancias que destruyen al agente agresor.

TRATAMIENTOS CONTRA EL CÁNCER: CIRUGÍA, RADIOTERAPIA, QUIMIOTERAPIA Y TRANSPLANTE DE MÉDULA

La cirugía es el método más empleado para aquellos tumores pequeños y localizados en un lugar concreto. Para que sea completamente eficaz se precisa extirpar parte del tejido que rodea el tumor para asegurar así que todas las células cancerosas han sido extirpadas.

Si el cáncer se ha extendido a otras zonas, a través de la sangre o de la linfa, habrá que realizar otros tratamientos, bien sean añadidos a la cirugía o únicos y distintos a ella.

La radioterapia utiliza partículas de alta energía capaces de penetrar al cuerpo. A través de una máquina, llamada acelerador lineal, se genera y dirigen esas partículas hacia el lugar concreto donde se tengan que aplicar. Las demás zonas del cuerpo se protegen para no recibir la radiación.

La radioterapia utiliza partículas similares a los rayos X, que se utilizan para hacer una radiografía normal, lo que ocurre es que en éstas últimas, la cantidad suministrada es muy pequeña.

Las células cancerosas son especialmente sensibles a la radiación. El patólogo es quien decide la zona exacta donde suministrar los rayos. La zona exacta del tumor se habrá localizado a través de pruebas diagnósticas como radiografías, biopsias, etc.


La radioterapia puede utilizarse como tratamiento único en aquellos casos en que los tumores sean especialmente sensibles a la radiación y no haya señales de que se haya extendido hacia ningún otro lugar.

Puede emplearse como tratamiento supletorio a la cirugía, para aplicarlo previamente a ésta, y disminuir así el tamaño del tumor y que sea más fácil su extirpación.

El tratamiento conjunto de radioterapia y quimioterapia se utiliza también con frecuencia. A veces, el empleo de quimioterapia antes de la radioterapia hace a las células cancerosas más sensibles a la radiación. Otras se emplea la radioterapia después de la quimioterapia para asegurar la eliminación de todas las células cancerosas.

El paciente tendrá que ir, de forma ambulatoria, a la clínica u hospital donde le administren la radioterapia. La duración de cada sesión son unos veinte minutos. El enfermo estará solo en una sala aislada para que las radiaciones no se propaguen. Las zonas donde se tiene que aplicar la radioterapia estarán marcadas y las demás se protegerán de la radiación. Después de la sesión, el paciente podrá marcharse a su casa.La quimioterapia consiste en el empleo de medicinas para tratar el cáncer. Son medicamentos cuya función es eliminar, dañar o retrasar el crecimiento de las células cancerosas.

El principal problema que produce este tratamiento viene derivado de que las células cancerosas no son agentes o cuerpos extraños al organismo sino que son parecidas a las células que las rodean. Esto hace que los fármacos, que actúan sobre todo contra las células del cáncer, tengan también efectos sobre las células normales.

La quimioterapia actúa sobre las células que se dividen con gran rapidez, que es lo que suelen hacer las cancerosas. Pero también existen otras células, que no son cancerosas y que también se dividen de forma rápida.Algunos medicamentos quimioterápicos actúan interrumpiendo la fase donde la célula cancerosa se divide y esto hace que el tiempo de crecimiento sea mayor y que la célula muera.

Otros medicamentos intervienen en todas las fases de la célula. Como las células cancerosas son más frágiles que las normales, resultan más afectadas que las normales, por lo que la acción de los medicamentos recae sobre todo en ellas.

Otros fármacos cambian las condiciones externas del organismo para que les sean desfavorables a esas células. Éste sería el caso de las hormonas que pueden bloquear la acción de determinadas sustancias y con ello no favorecer el crecimiento de las células malignas.

En los últimos años, se están empleando combinaciones de quimioterápicos porque se ha comprobado que su acción conjunta es más eficaz para destruir el cáncer.

Se suelen combinar medicamentos anticancerígenos con modos de acción distintos y capacidad para producir efectos diferentes.

Hay tratamientos que contienen un medicamento que interviene en una fase de la célula, otro que interviene en otra fase y una hormona que cambia las condiciones externas a las células.

Estas combinaciones pretenden ser más eficaces sobre las células cancerosas y menos dañinas para las células normales.

Los medicamentos quimioterápicos pueden administrarse de diferentes formas: a través de un comprimido por vía oral; mediante un suero o inyección intravenosa; por inyección intramuscular o mediante una inyección a través de una punción en la médula ósea.

Efectos secundarios de la quimioterapia

Cualquier medicamento puede producir efectos secundarios no deseables debido a su acción sobre el organismo.

Los medicamentos quimioterápicos al actuar sobre células que se dividen con frecuencia, las células cancerosas lo hacen, también pueden actuar sobre aquellas células normales que también se dividen con frecuencia. Estas células son por ejemplo, las células de la médula ósea (donde se fabrican las células sanguíneas) y las membranas mucosas del conducto gastrointestinal. Los folículos pilosos también se dividen con frecuencia y son sensibles a algunos medicamentos de quimioterapia.

Por este motivo, algunos de estos fármacos producen náuseas, vómitos, diarrea, llagas en la boca. Otros dan lugar a una pérdida temporal del cabello. La médula queda temporalmente perjudicada en su función de producir células sanguíneas. Por esto es más fácil que se produzcan infecciones, pues el número de leucocitos es inferior, o que se produzca cansancio o anemia, ya que el número de hematíes también puede disminuir.

Al ser medicamentos muy fuertes, los efectos secundarios también lo son. Debido a sus efectos secundarios, la quimioterapia se administra en forma de ciclos, durante un período de tiempo se administran los medicamentos y seguidamente se deja un período de descanso.

Este período de descanso se utiliza para que se produzca una recuperación hematológica ya que, como hemos dicho antes, estos medicamentos producen efectos sobre las células cancerosas y sobre otras, que no lo son.

Los efectos secundarios dependerán del tipo de medicamento que se administre, de la duración del tratamiento y del estado general del paciente.

Estos efectos son limitados y temporales.

Existen medicamentos que atenúan los efectos secundarios de la quimioterapia, como podrían ser los antieméticos que disminuyen o hacen desaparecer la sensación de náuseas.

Junto a la quimioterapia, se administran esos medicamentos para disminuir o anular, en la medida de lo posible, muchos de estos efectos secundarios.

El trasplante de médula ósea se realiza cuando se ha producido un daño en la médula ósea que le impida realizar las funciones que, antes de la quimioterapia, estaba realizando. Estas funciones consisten en la formación de las células sanguíneas, papel fundamental para la vida humana.

La quimioterapia se administra para destruir las células cancerosas pero, al mismo tiempo, puede dañar la médula ósea y otros órganos. Por esto generalmente no se suelen utilizar dosis muy elevadas.

Cuando el cáncer no desaparece con una dosis moderada de quimioterapia y se requiere, para la curación, administrar otra mucho mayor, junto con el empleo en ocasiones de radioterapia, será necesario realizar un trasplante de médula ósea porque ésta va a ser destruida por la quimioterapia.

A la administración de quimioterapia previa al trasplante, se le denomina acondicionamiento.

Con este trasplante se administra células madre que son productoras de las células que forman la sangre.

Las células madre se pueden conseguir directamente de la médula ósea o de la sangre periférica.

Si se extraen de la médula, habrá que realizar múltiples aspiraciones en los huesos de la cadera (crestas iliacas) bajo anestesia general.

En la médula ósea existe una célula madre por cada 2.000 células, para conseguir un número suficiente de células madre hay que extraer casi un litro de médula, por este motivo hay que realizar múltiples pinchazos y el paciente tiene que estar anestesiado.

Otro método consiste en emplear citoquinas, que son una especie de "hormonas de la médula ósea" que hacen salir las células madre a la sangre periférica y son recogidas con unos separadores celulares mediante un procedimiento denominado aféresis o leucoféresis, a través de una máquina similar a la de diálisis.

Una vez extraídas, se colocan en una bolsa de transfusión para administrarlas por vía intravenosa al paciente compatible o bien se congela a -200º C, en el caso de trasplante autólogo.

Cuando la médula se introduce en el interior del torrente sanguíneo a través de un catéter central, estas células madre se dirigen hacia las cavidades de los huesos donde implantan, maduran y se multiplican. Así el paciente puede producir de nuevo células sanguíneas sanas.

En ocasiones, este procedimiento supone la única posibilidad de curación para algunos pacientes con leucemia u otras enfermedades como aplasia medular, mieloma múltiple, linfoma maligno, talasemia mayor, etc. ...

Existen dos tipos de trasplante de células madre, el alogénico y el autológico.

Se habla de trasplante alogénico cuando las células que se trasplantan, sean de médula ósea o de sangre periférica, son de un donante, familiar o no, cuyo tipo tisular es casi idéntico al del paciente.

El trasplante autólogo consiste en obtener médula ósea del propio paciente, mientras la enfermedad está en remisión, para mantenerla congelada y realizar el trasplante después de aplicarle al paciente una dosis alta de quimioterapia.

Este tipo de trasplante se realiza cuando no existe un posible donante o se considera que el riesgo es muy elevado con el trasplante alogénico, por el posible rechazo que pueda sufrir el paciente.

Si no tiene un hermano gemelo, las posibilidades de conseguir un donante compatible no son superiores al 35%.

El trasplante autólogo tiene menos riesgos que el alogénico al no existir el rechazo. Sin embargo, hay mayor índice de recidivas porque es posible que al extraer la médula del propio paciente quede alguna célula cancerosa que produzca después del trasplante que la enfermedad reaparezca.

Una vez que se ha realizado el trasplante, la médula tarda en reconstituirse unas 3-4 semanas. Durante este período, denominado aplasia, el paciente no posee un número de células sanguíneas suficiente como para mantenerse con vida. Debido a esto, el riesgo de sufrir infecciones o hemorragias es elevado, por lo que debe permanecer en el hospital, para recibir transfusiones, antibióticos o tratamientos para estimular el crecimiento de los granulocitos.

CONCEPTOS BÁSICOS

CÉLULAS NORMALES Y CÉLULAS CANCEROSAS

La célula es el elemento más simple, dotado de vida propia, que forma los tejidos organizados. Está compuesta por una masa rodeada de protoplasma que contiene un núcleo.

Una pared celular rodea la célula y la separa de su ambiente. Dentro del núcleo está el ADN, que contiene la información que programa la vida celular.El hombre está compuesto de millones de células.

La célula se divide y al hacerlo sus estructuras se dividen también en otras exactamente iguales a las anteriores, con los mismos componentes y funciones que la originaria.

Las células normales crecen a un ritmo limitado y permanecen dentro de sus zonas correspondientes. Las células musculares se forman y crecen en los músculos y no en los huesos; las de los riñones no crecen en los pulmones, etc.

Estas funciones y este ritmo de crecimiento viene determinado por el ADN. Algunas células tienen menos tiempo de vida que otras, como por ejemplo las células del intestino que tienen un período de vida de dos semanas, mientras que los hematíes viven durante unos tres meses.

Otras células van a vivir el tiempo que viva la persona y sólo se dividen para sustituirse a sí mismas, éste sería el caso de las células óseas que actúan cuando hay que reparar una fractura.

La vida de cada grupo de células es distinta y funcionará según se lo dicte su ADN que es distinto para cada tipo de célula. Cada célula está bien diferenciada.

La sangre aporta el oxígeno y los nutrientes necesarios para la vida celular y recoge los productos de deshecho producidos por las células y los transporta a los órganos de filtrado y limpieza (riñones, hígado, pulmones).La linfa es un líquido incoloro que se compone, en su gran mayoría, por linfocitos, un tipo de glóbulos blancos, y que recorre todo el organismo a través de vasos linfáticos.

El sistema inmunológico se encarga de la defensa del cuerpo a través de los leucocitos que buscan y destruyen a las bacterias y virus.

Los leucocitos viajan por la sangre y por la linfa y se acumulan en aquellos lugares donde hay infección para rodear y matar a las bacterias o virus y, más tarde, emigran por medio de los vasos linfáticos a los ganglios linfáticos.

Los ganglios linfáticos son como racimos de uvas situados en distintas partes del organismo.

Cada ganglio recibe los linfocitos y es en ellos donde se filtran y destruyen las bacterias, los desechos y los propios linfocitos desgastados.

Cuando se produce alguna infección, los ganglios linfáticos se pueden inflamar. Si la infección se produce en un diente, se inflamarán los del cuello. Si la infección es en una mano, estarán aumentados los de la axila correspondiente. Los ganglios también pueden estar inflamados cuando hay un tumor.

La célula normal pasa a convertirse en una célula cancerosa debido a un cambio o mutación en el ADN. A veces esas células, cuya carga genética ha cambiado, mueren o son eliminadas en los ganglios linfáticos. Pero, otras veces, siguen con vida y se reproducen.

Las células cancerosas tienen un aspecto diferente, bien porque su forma ha cambiado o porque contengan núcleos más grandes o más pequeños.

Estas células son incapaces de realizar las funciones que corresponden a las células pertenecientes a ese tejido.

Generalmente se multiplican muy rápidamente, porque les falta un mecanismo de control del crecimiento.

Con frecuencia, son inmaduras debido a que se multiplican de una forma muy rápida y no tienen tiempo suficiente para crecer plenamente antes de dividirse.Al formarse un gran número de células cancerosas, se amontonan, presionan o bloquean a otros órganos y les impiden realizar su trabajo.

Como no se limitan al espacio originario donde se forman, y se extienden a otras zonas, se dicen que son invasivas.

Tienden a emigrar a otros lugares, a través de la sangre o de la linfa. Las células que se encargan de la defensa del organismo suelen destruirlas, así separadas, pero si sobreviven pueden producir un nuevo crecimiento en un lugar diferente, metástasis, y dañar a otros órganos.

INTRODUCCIÓN

Quizás sea una de las palabras más utilizada y que más asusta cuando se habla de salud y de su reverso, la enfermedad. Cáncer es el término y se emplea para un grupo de enfermedades que tienen un denominador común: la transformación de la célula normal en otra que se comporta de forma muy peligrosa para el cuerpo humano.

Este informe quiere aclarar los conceptos básicos para entender en qué consiste este grupo de enfermedades y explicar, de manera más extendida, aquellos tipos de cáncer más frecuentes en nuestra sociedad.